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Hace ya tiempo que mi pasión por el ciclismo de carretera sufrió una infección, que podríamos calificar de leve pero que no deja de ser preocupante, por lo que tiene de “contaminación”: es un germen que procede de la tierra, de la suciedad, de la porquería, de lo que en italiano llaman sterrato.

No se trata de alternar la bicicleta de carretera con las ruedas gordas, y tirarse al monte con la BTT a recorrer trochas imposibles. Esto ya lo hacen muchos ciclistas, profesionales y aficionados, para complementar su entrenamiento o aprovechar los meses fuera de temporada.

Me refiero a sacar la “flaca” del asfalto, llevándola por caminos hasta donde se pueda. Hablo de ese movimiento, aparentemente retrógrado, que nos devuelve al ciclismo de principios del siglo XX. A esa corriente, nueva a partir de lo antiguo, cuyo mayor exponente probablemente sea la Eroica y que parece haber calado hondo en Italia, a la vista de los últimos Giros. En España hay un incipiente movimiento para salirse de la carretera, encabezado por el Gran Premio Canal de Castilla, una cicloturista que no se ha celebrado aún y que tiene vocación de clásica.

Con estos precedentes, hice mis pinitos por caminos de tierra, a lomos de mi flaca con sus ruedas lisas de 23. Para subir puede valer, siempre que la pendiente sea moderada y no haya que ponerse de pie sobre los pedales: hay una casi inmediata pérdida de adherencia, que implica desperdiciar mucha energía y arriesgarse a una caída. Para bajar… se baja más lento de lo que se sube.

¿Cómo rodar por caminos sin asfaltar con una bici de carretera, sin jugarse el tipo y sin tener que disponer de una bicicleta específica, como las de ciclocross? Enseguida tuve claro que esto pasaba por tener unas cubiertas específicas, de tal forma que un simple cambio de rueda fuese suficiente para poder cambiar el asfalto por el sterrato. Después de muchas vueltas, localicé las Marathon de Schwalbe.

Son cubiertas de aro rígido, de larga duración, indicadas para bicicletas urbanas y eléctricas. Disponen de muchos tamaños, uno de ellos el 700x25, el máximo que aconsejo para una bici de carretera, para que la rueda pase sin problemas por las horquillas y puentes de freno. Compradas en Chain Reaction Cycles salen por unos 50 € la pareja.

Las cubiertas se montan muy fácilmente en mis llantas “de diario” y ya tenemos la bicicleta lista para rodar. Eso sí, hay que darles la máxima presión recomendada (8 bares), si no queremos “arrastrar” la bici sobre la carretera. Sobre asfalto la sensación es de extrema suavidad, mucha más amortiguación que con una cubierta convencional de 23. Esto es debido en gran medida a la mayor sección (25 en vez de 23) y, por tanto, más balón de aire, y creo que también a la goma de la cubierta. En carretera también estoy usando ahora cubiertas Schwalbe y creo que filtran las irregularidades del asfalto mejor que otras marcas que he usado hasta ahora (Michelin y Hutchinson).

Pero la prueba real viene cuando paso a caminos sin asfaltar. Elegí uno de mis recorridos habituales: el puerto de la Fuenfría, siguiendo la llamada “carretera de la República”. Son 8 ó 9 km de camino de tierra y grava, con pendientes suaves que no suelen superar el 6%. Es perfecto para subir a buen ritmo, con cadencia de pedaleo ágil. Como no es necesario levantarse sobre la bici no llego a hacerme idea del incremento de adherencia que tengo, pero desde luego la sensación es de mucho mejor control de la rodada. Atravesando zonas con mucha piedra suelta la bicicleta se sujeta mejor, incluso pisando pedruscos de cierto tamaño (hay que tener cuidado, porque puede proyectarlos hacia arriba y los lados con mucha fuerza). Bajando la mejora es evidente, y se puede correr un poquito, hasta casi los 40 km/h sin pasar demasiado miedo.

Como segunda prueba he circulado por alguna cañada, en seco. Se trata de un camino ancho, con mezcla de tierra compactada y piedras, con firme algo más irregular que de la carretera de la República. La bicicleta circula bien, pero aún no me atrevo a lanzarla sin miramientos en las zonas más pedregosas: incluso con ruedas clásicas, con 32 radios a 3 cruces, la bici rebota descontroladamente y quizás me falta rodar más sobre carreteras adoquinadas o mal asfaltadas para acostumbrarme a esa sensación. En zonas con mucha arena (5 ó 10 cm de profundidad) las ruedas agarran francamente bien, pero hay que levantarse lo menos posible, porque enseguida se pierde adherencia al desplazar el peso del ciclista hacia delante.

Resumiendo, creo que estas cubiertas pueden ser un buen complemento a nuestra bicicleta para adentrarnos por caminos sin asfaltar. Aún he de rodarlas más para comprobar hasta qué punto su rendimiento en carretera puede penalizarnos demasiado y si la ganancia de control merece la pena.

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Puntuación

Comentarios

Pere
# Pere
viernes, 6 de septiembre de 2013 11:21
Hola !

Yo tenia la duda de si habian neumaticos de este tipo en 700x25c

la verdad es que queda muy chula la bici, parece de ciclocross casi jaja

yo quiero montarlas para hacer algun viajecillo por comfort i por poder seguir

adelante si me encuentro con alguna pista sin asfaltar...

de hecho estoy pensando en cambiar las cubiertas de 23 por las de 25 en para ir

tambien mas comodo en carretera no se si es verdad que se va mucho mas

comodo o no

Saludos y gracias por el post!!

Pere

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