Me entero en arueda.com que Pedro Delgado, nuestro querido Perico, abandona el Consejo Superior de tráfico. Es una de las peores noticias para la seguridad vial de los ciclistas en España.
No voy a contar nada sobre la trayectoria deportiva de Perico, de todos bien conocida. Pero si quiero que se sepa que nadie ha hecho en España tanto por nuestra seguridad vial como Pedro Delgado.
Antesdeayer, 15 de febrero, se cumplieron nueve años del accidente que costó la vida a Ricardo Ochoa y dejó graves secuelas a su hermano Javier (a quien Lance Armstrong no fue capaz de alcanzar en Hautacam). Aquel accidente marcó un punto de inflexión y ayudó a cambiar la legislación sobre seguridad vial en España. Legislación que, como explica Pedro en este video, es una de las más extensas del mundo. En aquellos años compartí trabajo con Pedro y Alfonso Triviño en la Comisión de Seguridad Vial de la RFEC y, junto con él, la abandoné cuando nos convencimos de que era absolutamente inútil. Entonces Pedro fue elegido, por todos los colectivos ciclistas españoles, como el representante del ciclismo en el Consejo Superior de Tráfico. Desde este organismo Pedro ha estado casi una década encabezando los esfuerzos de mucha gente para que las bicicletas tengan su sitio en nuestras calles y carreteras. Desde luego, algo ha conseguido, pero aún queda mucho por hacer: conseguir que nuestros políticos se metan en la mollera que, hoy más que nunca, la bicicleta es un vehículo necesario, casi imprescindible, para promover la tan manida sostenibilidad.
Pedro Delgado abandona el CST y nos quedamos huérfanos, precisamente ahora en que debemos contaminar menos, llevar una vida más saludable y reducir la siniestralidad vial. Ahora que las bicicletas plegables comienzan a invadir las ciudades, como cabezas de puente de una demanda social cada vez más visible. Me cuesta ser optimista, pero algún responsable político debería darse cuenta de lo que esta dimisión implica y asumir la importancia que la bicicleta tiene. Mientras eso ocurre, espero que también se reconozcan todos los méritos de Pedro Delgado: gracias a él, nuestras vías son un poco más seguras que el siglo pasado.
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